jueves, 9 de junio de 2011

El juguete, ¿Bien de Interés Cultural?

Un osito de peluche, como símbolo del juguete, vestido con una camiseta en la que se lee “Soy cultura. El Juguete Bien de Interés Cultural”, son los elementos con que los fabricantes españoles solicitan simbólicamente el reconocimiento del juguete como Bien de Interés Cultural, tramitado también formalmente al Gobierno. Además de igualar el status del juguete al del videojuego o los libros infantiles, el objetivo es sensibilizar a la sociedad sobre la importancia del juego y el juguete en el desarrollo de los niños.
Para el antropólogo Johan Huizinga (1872-1945), autor del libro Homo Ludens, “el juego es más antiguo que la cultura”. Es una necesidad intrínseca de los seres vivos y por ello está presente en todas las civilizaciones desde hace miles de años. El juguete, “sirve desde entonces como instrumento privilegiado para el desarrollo completo del ser humano desde que nace

Si tu hijo no quiere comer...

Tu hijo se enfada cada vez que se sienta frente al plato? A menudo, para muchas familias, la hora del almuerzo se convierte en una auténtica pesadilla y en una guerra continua entre padres e hijos. ¿Qué debemos hacer cuando el niño no quiere comer? Ante todo no hay que perder la calma.

Aunque su actitud de rechazo puede perturbar el almuerzo familiar y resultar verdaderamente molesto, sin contar con la impresión de tener que ceder ante el poder del niño, no vale la pena montar en cólera ante un hijo inapetente. Un niño no se muere de hambre si no está muy deteriorado físicamente y si tiene alimento a su alcance. Su salud no debe ser en este caso nuestra preocupación, sino las causas de esa actitud frente a la comida.

La relación del niño y de la madre está estrechamente vinculada con la alimentación. Cuando el niño se enfada con ella, su cólera puede expresarse en el rechazo de la comida que ella prepara: el comer puede ser un símbolo de lucha entre el hijo y la madre y el rechazo de ésta un síntoma de algo más.

jueves, 2 de junio de 2011

¿Cómo reconocerlo?



Un niño desobediente es aquel que hace pataleta, rabieta, situaciones de ira, que no hacen caso a las normas que le ponen en casa ni en el colegio, o que son voluntariosos.

Según Ana María Chapiro, siquiatra infantil, los padres y cuidadores deben aprender a determinar si el niño está haciendo una rabieta porque está cansado, o porque las jornadas escolares son muy largas.

"Una de las causas principales de desobediencia es que los límites de la casa no están bien implantados. Esto lleva a que los niños se sienten inestables y que no sepan hasta dónde llegar", señala Chapiro.

Otro de los momentos usuales es cuando dicen que solo le obedece a la mamá. Si esto sucede es porque el niño no tiene claridad con la autoridad. Lo más importante es recalcarles a papá y a mamá que ellos son los que tiene la autoridad de crear estos hábitos y sobre el chiquito.

como lograrlo


Para conseguir que el niño sea obediente, también es fundamental explicarles a los hijos que siempre les deben hacer caso a los adultos con quienes quedan a cargo; los padres deben cumplir lo que prometen e inculcarles desde temprana edad las rutinas.

Con los hábitos, los menores se disciplinan en sus actividades y, de la misma manera, aprenden a obedecer órdenes de los mayores.

Sin embargo, el hecho de que un niño no cumpla una orden del padre, no quiere decir que sea desobediente. Si, por el contrario, el niño siempre se subleva, se debe revisar la causa de esta actitud.

El especialista Álvaro Izquierdo explica otras razones por las que un niño podría desobedecer: "Puede tener retardo mental, poca comprensión del lenguaje, déficit de atención o trastorno de posición desafiante".

Si el caso es que en la casa es terrible y en el colegio un ‘santo’, o viceversa, se deben revisar las estrategias de educación. En alguno de los lugares están fallando con las pautas de crianza.

Como educar a niños, obedientes.

"Es que mi hijo nunca me obedece". Si usted es de los que repite esa frase, ojo, está en problemas: puede ser que sus pautas de crianza no estén funcionando o que su hijo presenta problemas de salud.


Lo primero que se debe hacer es revisar la edad del pequeño, para confirmar que esté en la etapa de comprensión de palabras y de oraciones. Esta suele darse desde los 3 años de edad. Es por esto que es normal que antes de esta edad el niño no siga las recomendaciones dadas por los adultos.

Según el neurólogo pediatra Álvaro Izquierdo, a partir de los 9 meses los niños hacen caso a órdenes sencillas. Sin embargo, en algunas oportunidades desacatan la orden, porque están en la etapa de exploración y conocimiento, la cual se manifiesta con el tacto.

A partir de los 2 años los niños comienzan a entender las órdenes de los padres, pero es solo al cumplir 4 que ellos comprenden el verdadero significado de la obediencia.

A los 3 años, los pequeños empiezan a entender que la palabra NO cambia la estructura de la frase. Por eso, es necesario que los padres les hablen con frases afirmativas. Por ejemplo: en vez de decir "no agarres eso", deben decirle: "deja quieto eso".