Muchos padres saben cuál es la mejor estrategia para enseñar a comer a sus hijos, pero hay ciertos aspectos que han demostrado su eficacia y que no hay que olvidar con el fin de que nuestros hijos tengan un aprendizaje correcto. Incluso en muchas ocasiones los padres están reeducando su alimentación cuando tienen hijos. ¿Qué no haríamos por ellos?
Como ya sabemos, lo principal es dar ejemplo, si nuestros hijos nos ven comer frutas y verduras, les estamos enviando un mensaje correcto. No es necesario mostrar que se come mucho, pues su hambre no es muy pronunciada todavía, es más importante mostrar lo sabroso y saludable que es el alimento.
Una estrategia eficaz si al pequeño le apetece un tentempié, es tener a su alcance alimentos sanos y nutritivos, sustituye el bote de caramelos que decora el salón por una fuente de frutas o frutos secos.
Hay un error muy frecuente en las comidas familiares, los niños comen antes y solos o en una mesa separada de los adultos. Esto propicia que se sientan desplazados y libres de elegir lo que quieren comer. En cambio, está comprobado que los niños que participan en la comida familiar comen más alimentos saludables.
Seguro que muchos de los platos que más le convienen son también los que menos le gustan, y para eso tenemos que tener ingenio y negociar, además surtirá mayor efecto si la presentación del plato es atractiva, formando caritas u otros dibujos con los alimentos e intentando que tengan mayor colorido motivará a dejar el plato limpio.
A cierta edad los niños ya pueden formar parte de la lista de la compra, siempre y cuando se le expliquen los principios básicos de la alimentación. Después en casa, podéis comentar el menú a elaborar con criterio pero sin desdeñar sus preferencias y si te ayuda en la cocina, disfrutará mucho más de la comida.
